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martes, 30 de mayo de 2017
La parte del cerebro que no madura hasta los 36 años
La corteza que se encarga de la percepción
visual evoluciona durante mucho más tiempo del que se pensaba. Esto es
importante para el tratamiento de dolencias relacionadas con la vista
Los científicos cada vez están más seguros de que el cerebro es un órgano plástico en constante evolución.
De hecho, poco a poco van constatando que esta flexibilidad no está
reservada para los niños ni los jóvenes: el cerebro adulto también es
capaz de adaptarse grandes cambios, como puede ser aprender a leer o descubrir un nuevo idioma.
En este sentido, un estudio publicado este lunes en «The Journal of Neuroscience» ha descubierto que la corteza visual primaria no finaliza su madurez cuando tenemos cinco o seis años, como se pensaba, sino que está evolucionando hasta los 36 años de vida, aproximadamente. Esta corteza primaria es la primera región cerebral que procesa la información visual, y que luego la deriva a una veintena de zonas más epecializadas.
«Hay un gran hueco en nuestro entendimiento de cómo funciona el cerebro», ha dicho a ABC Kathryn Murphy, profesora en la Universidad McMaster (en Hamilton, Canadá) y primera autora del estudio. «Nuestra idea de que las áreas sensoriales se desarrollan durante la infancia y que luego se quedan estáticas durante la edad adulta no es correcta».
La corteza visual primaria (o V1) es una región cerebral tan amplia como una mano. Recibe y procesa la información visual que llega desde las retinas, en los ojos, y que previamente ha atravesado el tronco y el tálamo. Con un total de alrededor de 280 millones de neuronas, la V1 procesa información relacionada con objetos estáticos y en movimiento y con el reconocimiento de patrones. Además, envía información a otras partes de la corteza visual especializadas en funciones concretas, como reconocer caras, palabras o gestos.
Los experimentos hechos con animales mostraban que la madurez del córtex visual primario se alcanzaba entre los cinco o seis años. Pero la investigación de Murphy, en la que se analizaron muestras de cerebro de 30 personas fallecidas entre las horas de vida y los ochenta años, no apoyó estas ideas.
«Incluso una zona sensorial primaria, que es la primera parte de la corteza que procesa la información visual, está cambiando y desarrollándose durante toda la vida», ha explicado Murphy. «Sufre una serie de cambios orquestados, que probablemente responden a cambios que ocurren en la percepción visual».
Todo esto quiere decir que, incluso una zona cerebral con una función básica, y no muy especializada, es flexible y está en desarrollo durante décadas, lo que se traduce, a su vez, en que la visión humana no deja de evolucionar hasta bien entrada la tercera década de vida.
Por ejemplo, los autores han recordado que los tratamientos para la vista cansada siempre se han diseñado teniendo en cuenta que solo los niños pueden beneficiarse de terapias correctivas, porque se considera que el cerebro de los adultos ya no puede responder. Pero sus avances podrían llevar a que esto se reconsiderase.
Otras dolencias podrían beneficiarse de esta investigación: «Desórdenes visuales relacionados con el envejecimieto o la diabetes, el glaucoma o la degeneración macular quizás podrían tener un mejor tratamiento teniendo en cuenta nuestra aproximación», ha dicho la investigadora. ¿Cómo? «El reto es poder traducir este conocimiento en tratamientos efectivos para cada persona y dirigidos a un blanco concreto», ha aventurado Murphy.
El siguiente paso que tomará su equipo será analizar el desarrollo de regiones relacionadas con en el reconocimiento de caras o emociones, para tratar de comprender su desarrollo y su forma de especializarse con el paso de los años.
En este sentido, un estudio publicado este lunes en «The Journal of Neuroscience» ha descubierto que la corteza visual primaria no finaliza su madurez cuando tenemos cinco o seis años, como se pensaba, sino que está evolucionando hasta los 36 años de vida, aproximadamente. Esta corteza primaria es la primera región cerebral que procesa la información visual, y que luego la deriva a una veintena de zonas más epecializadas.
«Hay un gran hueco en nuestro entendimiento de cómo funciona el cerebro», ha dicho a ABC Kathryn Murphy, profesora en la Universidad McMaster (en Hamilton, Canadá) y primera autora del estudio. «Nuestra idea de que las áreas sensoriales se desarrollan durante la infancia y que luego se quedan estáticas durante la edad adulta no es correcta».
La corteza visual primaria (o V1) es una región cerebral tan amplia como una mano. Recibe y procesa la información visual que llega desde las retinas, en los ojos, y que previamente ha atravesado el tronco y el tálamo. Con un total de alrededor de 280 millones de neuronas, la V1 procesa información relacionada con objetos estáticos y en movimiento y con el reconocimiento de patrones. Además, envía información a otras partes de la corteza visual especializadas en funciones concretas, como reconocer caras, palabras o gestos.
Los experimentos hechos con animales mostraban que la madurez del córtex visual primario se alcanzaba entre los cinco o seis años. Pero la investigación de Murphy, en la que se analizaron muestras de cerebro de 30 personas fallecidas entre las horas de vida y los ochenta años, no apoyó estas ideas.
La importancia de la plasticidad
En concreto, los investigadores descubrieron que un grupo de proteínas (llamadas glutamatérgicas) está activo durante una buena parte de la vida, y que no se «apagan» en la infancia. Una de sus funciones es regular el fenómeno de la plasticidad sináptica, puesto que son capaces de reforzar o debilitar las sinapsis (conexiones) entre neuronas. Gracias a esto, los millones de células de esa zona del cerebro pueden cambiar el modo como están «cableadas». Al menos hasta los 36 años de vida, con un margen, por arriba y por abajo, de cuatro años y medio.«Incluso una zona sensorial primaria, que es la primera parte de la corteza que procesa la información visual, está cambiando y desarrollándose durante toda la vida», ha explicado Murphy. «Sufre una serie de cambios orquestados, que probablemente responden a cambios que ocurren en la percepción visual».
Todo esto quiere decir que, incluso una zona cerebral con una función básica, y no muy especializada, es flexible y está en desarrollo durante décadas, lo que se traduce, a su vez, en que la visión humana no deja de evolucionar hasta bien entrada la tercera década de vida.
¿Tratamientos específicos para cada persona?
Tal como averiguaron los investigadores, los niveles de activación de las proteínas glutametérgigas van cambiando con el paso de los años. Esto tiene importancia a la hora de buscar tratamientos para dolencias relacionadas con la visión, según Murphy.Por ejemplo, los autores han recordado que los tratamientos para la vista cansada siempre se han diseñado teniendo en cuenta que solo los niños pueden beneficiarse de terapias correctivas, porque se considera que el cerebro de los adultos ya no puede responder. Pero sus avances podrían llevar a que esto se reconsiderase.
Otras dolencias podrían beneficiarse de esta investigación: «Desórdenes visuales relacionados con el envejecimieto o la diabetes, el glaucoma o la degeneración macular quizás podrían tener un mejor tratamiento teniendo en cuenta nuestra aproximación», ha dicho la investigadora. ¿Cómo? «El reto es poder traducir este conocimiento en tratamientos efectivos para cada persona y dirigidos a un blanco concreto», ha aventurado Murphy.
El siguiente paso que tomará su equipo será analizar el desarrollo de regiones relacionadas con en el reconocimiento de caras o emociones, para tratar de comprender su desarrollo y su forma de especializarse con el paso de los años.
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El tabaco mata a siete millones de personas cada año
Por primera vez la OMS establece una relación entre tabaco y medio ambiente
Aunque
el consumo de tabaco mata anualmente en el mundo a siete millones de
personas y ocasiona gastos de salud que se evalúan en unos mil cuatrocientos billones de dólares,
las políticas llevadas a cabo por los gobiernos no han conseguido
todavía frenar su consumo, según el último informe de la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
La OMS, que celebrará mañana el día mundial sin tabaco, criticó las políticas antitabaco de los gobiernos calificándolas de «insuficientes» para cumplir los objetivos fijados por el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), negociado por la organización en 2003, que tiene como meta reducir en un 30% el número de víctimas antes de 2030.
Titulado «El tabaco, una amenaza para todos», el informe sostiene que las consecuencias del tabaco no se limitan al efecto cancerígeno del humo sino que también afectan al medio ambiente a través de la degradación del suelo, la deforestación causada por las plantaciones, el aumento de los desechos y los incendios provocados en los bosques.
Según el estudio, el humo del tabaco libera no sólo miles de toneladas de sustancias cancerígenas para el hombre sino que también emite gases con efecto invernadero para el medio ambiente. Por otra parte, su cultivo requiere la utilización de gran cantidad de pesticidas y de fertilizantes químicos nocivos para la salud.
Los expertos de la OMS precisaron que en el proceso de producción de 300 cigarrillos se pierde el equivalente de un árbol. Este hecho agrava la deforestación y contribuye al cambio climático. Además, casi el 40% del total de basura recogido en playas y ciudades proviene de las 680.000 toneladas de desechos generados por el tabaco cada año.
Para evitar las consecuencias nefastas del tabaquismo la OMS preconiza aumentar su precio a través de políticas fiscales que eleven los impuestos que gravan este producto. « Aunque no se toma a menudo, esta es la opción más eficaz », afirmó el subdirector del departamento de enfermedades no transmisibles de la OMS, Oleg Chestnov.
No sólo la salud sufre con las consecuencias del tabaquismo sino también las economías, sobre todo las de los países más pobres que cuentan con 860 millones de fumadores adultos. En ellos el presupuesto dedicado al tabaco por las familias puede alcanzar el 10% del ingreso total y limita otros gastos como la educación, alimentación o salud.
Se calcula que entre 10 y 14% de los niños nacidos en familias que se dedican al cultivo de tabaco no acuden a la escuela porque tienen, desde pequeños, que ayudar a sus padres. Además, el 70% de los trabajadores de los campos de tabaco son mujeres que se exponen a contraer enfermedades graves por los productos químicos utilizados.
La OMS, que celebrará mañana el día mundial sin tabaco, criticó las políticas antitabaco de los gobiernos calificándolas de «insuficientes» para cumplir los objetivos fijados por el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), negociado por la organización en 2003, que tiene como meta reducir en un 30% el número de víctimas antes de 2030.
Titulado «El tabaco, una amenaza para todos», el informe sostiene que las consecuencias del tabaco no se limitan al efecto cancerígeno del humo sino que también afectan al medio ambiente a través de la degradación del suelo, la deforestación causada por las plantaciones, el aumento de los desechos y los incendios provocados en los bosques.
Según el estudio, el humo del tabaco libera no sólo miles de toneladas de sustancias cancerígenas para el hombre sino que también emite gases con efecto invernadero para el medio ambiente. Por otra parte, su cultivo requiere la utilización de gran cantidad de pesticidas y de fertilizantes químicos nocivos para la salud.
Los expertos de la OMS precisaron que en el proceso de producción de 300 cigarrillos se pierde el equivalente de un árbol. Este hecho agrava la deforestación y contribuye al cambio climático. Además, casi el 40% del total de basura recogido en playas y ciudades proviene de las 680.000 toneladas de desechos generados por el tabaco cada año.
Para evitar las consecuencias nefastas del tabaquismo la OMS preconiza aumentar su precio a través de políticas fiscales que eleven los impuestos que gravan este producto. « Aunque no se toma a menudo, esta es la opción más eficaz », afirmó el subdirector del departamento de enfermedades no transmisibles de la OMS, Oleg Chestnov.
Subida del precio de la cajetilla
Una subida ligera del precio de la cajetilla, alrededor de un dólar, en todos los países podría aumentar en un 50% la cantidad recaudada. Actualmente se ingresan alrededor de 270 billones de dólares anuales por impuestos sobre el tabaco y podrían recuperarse unos 141 billones de dólares suplementarios con esta medida.No sólo la salud sufre con las consecuencias del tabaquismo sino también las economías, sobre todo las de los países más pobres que cuentan con 860 millones de fumadores adultos. En ellos el presupuesto dedicado al tabaco por las familias puede alcanzar el 10% del ingreso total y limita otros gastos como la educación, alimentación o salud.
Se calcula que entre 10 y 14% de los niños nacidos en familias que se dedican al cultivo de tabaco no acuden a la escuela porque tienen, desde pequeños, que ayudar a sus padres. Además, el 70% de los trabajadores de los campos de tabaco son mujeres que se exponen a contraer enfermedades graves por los productos químicos utilizados.
LA INVASION SAUDI-AMERICANA ES LA RESPONSABLE
.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) informa de un aumento del 50 por
ciento en los casos de cólera en Yemen, país devastado por ataques
saudíes.
La OMS
anunció el martes que se ha registrado 35.217 casos desde el pasado 27
de abril cuando el brote volvió a resurgir fuertemente, lo que eleva a
610.000 los detectados desde octubre de 2016, cuando los yemeníes se
vieron golpeados por la primera oleada de casos de cólera. El número
muestra un salto del 50 por ciento en los casos en comparación con
las cifras ofrecidas el viernes.
En un
boletín epidemiológico publicado durante la jornada y que incluye hasta
el 22 de mayo, la OMS también elevó a 361 el número de muertos en el
país más pobre del mundo árabe desde el 27 de abril a causa del brote de
cólera.
“Tras un
rápido descenso del número de caso entre finales de octubre y diciembre,
el número de casos ha empezado a aumentar de nuevo en las provincias
afectadas”, señaló.
La
agresión saudí (marzo de 2015) al país más pobre de la región ha dejado
más de 12.000 civiles muertos y a dos terceras partes de la población
sin acceso a agua potable: una de las razones del actual brote de
cólera, de acuerdo con los datos oficiales de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU). Además, ha dañado las infraestructuras del país,
incluidos los hospitales, lo que impide el correcto tratamiento de esta
epidemia.
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