martes, 28 de febrero de 2017

Cuando mamá quiere abortar, pero papá no

La Justicia uruguaya enfrenta una batalla contrarreloj por la interrupción de un embarazo.

Montevideo .
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Mujeres salvadoreñas en una una protesta para exigir la despenalización del aborto en 2012. EFE
Una mujer de 24 años y su expareja han iniciado una batalla a contrarreloj ante la justicia uruguaya por un aborto. Una jueza recibió la semana pasada un recurso de amparo de un hombre que pedía suspender el proceso para abortar de su excompañera, embarazada de 10 semanas, dos menos de las 12 máximas legales para interrumpir la gestación. La jueza aceptó la petición y detuvo el trámite del aborto, una polémica decisión que divide al país.
En un fallo sin precedentes, la magistrada Pura Concepción Book, de la ciudad occidental de Mercedes, detuvo el proceso para abortar en los servicios de salud con argumentos como la protección infantil derivada de los tratados internacionales, la Constitución uruguaya y los derechos del padre. También argumentó que no se habían respetado los términos de la ley de despenalización del aborto votada en el 2012.
Junto con Cuba y Puerto Rico, Uruguay es el único país latinoamericano que autoriza la interrupción del embarazo. Pero las mujeres deben seguir antes varios trámites: notificar su decisión al médico, asistir a una reunión con una comisión interdisciplinaria que debe informarla sobre las consecuencias del aborto y esperar un plazo de reflexión de cinco días. Al término de esos pasos, el aborto está autorizado si es la voluntad de la mujer. La implicada asegura no tener ningún vínculo afectivo ni de pareja estable con el demandante, pero éste ha prometido hacerse cargo del niño que nacería de un proceso que tiene en vilo a Uruguay.
El abogado de la joven ha recurrido la decisión ante un tribunal de apelaciones y asegura que tiene todos los documentos en regla que demuestran la legalidad del proceso llevado a cabo por su defendida. La Coordinadora del Aborto Legal de Uruguay ha denunciado en un comunicado un fallo judicial que considera aberrante. Según la ley, la decisión del aborto solo corresponde a la mujer y no al progenitor, a lo que se suma el hecho de que en este caso se trata de una pareja ocasional. De acuerdo con la institución, hasta que una persona no ha vivido 24 horas naturales la ley no considera que el progenitor ejerza la patria potestad.
La organización asegura que el derecho uruguayo no contempla al no nacido como un sujeto de derecho y, por lo tanto, no se aplican los tratados de protección de la infancia. Pero la Asociación de Magistrados de Uruguay ha apoyado a la jueza y ha advertido contra las críticas que está recibiendo: “Toda acusación o queja formulada contra un juez por su actuación se tramitará según el procedimiento pertinente”, aseguraron en un comunicado.
El Colegio de Abogados también advirtió contra cualquier intervención del Ministerio de Salud para autorizar el aborto y asegura que el fallo debe ser cumplido. En medio de la batalla judicial, los plazos corren y son desfavorables a la mujer que quiere abortar. Embarazada de unas 10 semanas, los abogados del demandante agotaron hasta el último momento para responder el recurso. Ahora se abre otro lapso de tiempo para que el tribunal de apelaciones lo resuelva. Los jueces pueden tomarse varias semanas, lo que obligaría a la mujer a proseguir con un embarazo no deseado por encontrarse fuera de las 12 semanas legales. Todo depende de que la corte decida darle prioridad al caso.
La cuestión se mide en días, con los abogados de la mujer asegurando que el límite sería entre el 8 y 9 de marzo y la otra parte, apoyada por el fallo de la jueza, señalando que la fecha de las 12 semanas es el 3 de marzo. Pase lo que pase, el hombre que presentó el recurso de amparo seguirá con otro proceso ante la Corte Constitucional para que cambie la legislación y contemple los derechos del genitor desde la concepción.
Predijeron el impacto de artículos del New York Times

Tu cerebro influye para hacer un contenido viral en internet

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No todos los contenidos se transmiten de la misma forma por las redes sociales y nuestro cerebro influye en la decisión de compartir o no un artículo en internet. Una investigación de la Universidad de Pensilvania ha detectado las claves para predecir la viralidad de un contenido en la red según la actividad cerebral del lector.
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<p>La actividad cerebral puede predecir la viralidad de un contenido en internet / Prathan Chorruangsak, Shutterstock</p>
La actividad cerebral puede predecir la viralidad de un contenido en internet / Prathan Chorruangsak, Shutterstock
¿Qué es lo que convierte un contenido en viral cuando se comparte en las redes sociales? ¿Qué proceso tiene lugar en nuestro cerebro para determinar si merece la pena compartir un artículo determinado?
Dos estudiantes del programa de doctorado de la Escuela Annenberg de Comunicación de la Universidad de Pennsylvania (Filadelfia, EE UU), Christin Scholz y Elisa Baek son los autores principales de dos trabajos que, por un lado, miden la actividad cerebral al leer un artículo y, por el otro, predicen cuando ese contenido va a ser compartido en redes sociales. Los resultados se publican en las revistas Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS por sus siglas en inglés) y Psychological Science.
Compartir para mejorar nuestra imagen
Para realizar el estudio se contó con 80 personas a las que se midió la actividad cerebral, usando resonancias magnéticas funcionales, mientras leían 80 artículos publicados en el New York Times.
Los artículos seleccionados eran de asuntos relacionados con la salud (nutrición, fitness, vida saludable) y todos contaban con una extensión similar. Los participantes valoraban su interés por leerlos y compartirlos mientras los investigadores realizaban las mediciones.
Los científicos se centraron en las regiones del cerebro relacionadas con la imagen que los sujetos tienen de sí mismos y con lo que otras personas podrían pensar de esos individuos.
“La gente lee o comparte contenidos que conectan con sus propias experiencias, con su sentido de quiénes son o quieren llegar a ser”, explica una de las coautoras de ambos estudios, Emily Falk. “Comparten cosas que pueden mejorar sus relaciones, hacerles parecer más listos o empáticos”.
Los datos neuronales recogidos durante el estudio  sugieren que, cuando las personas escogen que van a leer o que van a recomendar a otros, piensan tanto en sí mismas como en los demás, mostrando los mayores niveles de actividad en estos sistemas neuronales.
“Cuando piensas en qué vas a leer y qué vas a compartir, ambos son pensamientos inherentemente sociales, y cuando piensas socialmente, sueles pensar en ti mismo y en tu relación con los demás”, dice Elisa Baek. “El mundo social y el concepto que tienes de ti mismo están entrelazados”, añade.
Predecir la viralidad
El trabajo centrado en estas mediciones se publicará en la revista Psychological Science mientras que en PNAS aparecerá la segunda fase del estudio, la que se ocupa en predecir la viralidad de esos contenidos.
Utilizando la actividad cerebral de los mismos sujetos durante la primera fase de la investigación y usando los mismos artículos, los autores predijeron la viralidad de un contenido entre el conjunto de lectores del New York Times que compartieron ese grupo de contenidos un total de 117.611 veces.
Detectaron que la actividad cerebral en las regiones estudiadas se combinaba, de forma inconsciente, generando una señal que daba un valor al artículo. Esa señal es la que predice qué vamos a compartir y qué no.
Aunque los sujetos del estudio­ –de entre 18 y 24 años, muchos, estudiantes universitarios en el área de Filadelfia– representaban grupos demográficos distintos a la media de los lectores del Times, su actividad en las áreas clave del cerebro que median el valor de los artículos coincidían con su popularidad global.
“El hecho de que esos artículos estén en la misma sintonía en diferentes cerebros implica que hay motivaciones y normas similares que pueden conducir a esos comportamientos”, cuenta Christin Scholz, otra de las coautoras.
Además, reconoce que la imagen que tenemos de nosotros mismos o de otras personas y las motivaciones para compartir esos contenidos, serán distintas según cada individuo.
Por ejemplo, alguien pensará que un artículo hará que sus amigos se rían mientras que otra persona  lo compartirá porque cree que puede ser de ayuda para que un amigo resuelva algún problema en particular.
Sin embargo, a pesar de existir motivaciones distintas, las actividades neuronales son las mismas y sirven como denominador común para varios tipos de pensamiento social y autorreferencial.
“En la práctica, si creas un mensaje que el lector cree que va a hacer que se le perciba de forma más positiva o que puede mejorar una relación, podemos predecir que la probabilidad de que ese mensaje se comparta va a crecer”, explica Scholz.
Referencia bibliográfica:
Christin Scholz, Elisa Baek, Matthew Brook O'Donnell, Emily Falk. "The Value of Sharing Information: A Neural Account of Information Transmission". Psychological Science, 2017
Christin Scholz, Elisa Baek, Matthew Brook O'Donnell, Hyun Suk Kim, Joseph N. Cappella, Emily Falk. “A Neural Model of Valuation and Information Virality”. Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), 2017

lunes, 27 de febrero de 2017

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Matilde Moyano
El tabaco “se ha quedado a años luz” de la alimentación como causa del cáncer, advirtió Javier Espinosa, e indicó que los químicos utilizados en la elaboración de alimentos y las sustancias con las que se tratan las cosechas favorecen la proliferación de células cancerígenas.
Casi 250.000 personas son diagnosticadas de cáncer en España cada año. Se trata de una cifra que “da vértigo”, según expresó Javier Espinosa, jefe de servicio de oncología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, quien brindó una conferencia sobre nuevas terapias en la I Jornada Informativa de la Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer de Ciudad Real.
Lo alarmante es que de todos los factores de riesgo conocidos, como el tabaco, alcohol, radiaciones, y los fármacos, este médico puso el acento en la alimentación:
El tabaco “se ha quedado a años luz” de la alimentación como causa del cáncer, advirtió Espinosa y apuntó a los productos químicos empleados en la elaboración de los alimentos o las sustancias con las que se tratan las cosechas favorecen, a lo largo del tiempo, la proliferación de células cancerígenas.
En Argentina, la situación de riesgo en que nos pone el modelo de agroproducción actual es desconocida por la mayoría de la población, y ya se cumplieron 20 años desde que el Estado comercializa las semillas transgénicas de Monsanto y los agroquímicos que las acompañan, como el glifosato, sobre el cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió en 2015 que puede causar cáncer, además de una investigación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que demostró que este causa un mecanismo de toxicidad en el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso.
Recordemos que en Argentina 1 de cada 5 personas que mueren es por cáncer, pero en los ‘pueblos fumigados‘ (los pueblos que sufren las fumigaciones aéreas con agroquímicos) mueren de cáncer 1 de cada 3 personas, y en algunos pueblos como San Salvador, se mueren 1 de cada 2, como indican las estadísticas de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.
Según Espinosa, los gobiernos tendrán que sentarse y asumir que es mejor la prevención (por la gente que está muriendo, por un lado, y por el gasto que supone intentar curar la enfermedad) que tratar el cáncer. Es más, le resulta “increíble” la poca cantidad de medios que se destinan a prevenir esta enfermedad, ya que es la primera causa de muerte en España (En el hombre, el cáncer más habitual es el de próstata, aunque es el de pulmón el que más mortalidad produce. Y en la mujer, los casos más diagnosticados son de cáncer mama, colorrectal y ginecológico).
Asimismo, el riesgo de morir descendió en la última década gracias a la detección precoz, especialmente en los cánceres de colon y mama, y a la mayor eficacia de los tratamientos. El médico se refirió a la quimioterapia, que avanzó poco y que produce los conocidos efectos secundarios, por lo que destacó otros tratamientos más precisos como los anticuerpos monoclonales, los inhibidores de señales intracelulares y la hormonoterapia.

domingo, 26 de febrero de 2017

BUENO,CANESSA,ALGO DE SUERTE,TUVISTES

Roberto Canessa: "No existe la suerte, sino las oportunidades"

A más de 40 años del accidente aéreo de los Andes, el reconocido cardiólogo uruguayo publicó, junto con el escritor Pablo Vierci, Tenía que Sobrevivir, libro que cuenta cómo influyó esa experiencia en su día a día
LA NACION
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El fuselaje del avión en la Cordillera de los Andes, en enero de 1973
El fuselaje del avión en la Cordillera de los Andes, en enero de 1973. Foto: Fuerza Aérea Uruguaya
Roberto Canessa sabía que para escribir sobre su vida era necesario haberla vivido. Y ahora, pasados los 60 años, a más de cuatro décadas de la tragedia de los Andes, era la oportunidad para contar qué había sucedido con uno de los 16 que habían sobrevivido. Y así, una mañana en su casa, conversando con su amigo de la infancia, el escritor Pablo Vierci, surgió una idea que hoy cruza Tenía que sobrevivir, el libro publicado en diciembre, en la Argentina, que ambos escribieron: el paralelismo entre aquella ventana del fuselaje y la ventana del ecógrafo con el que trabaja. Esa epifanía le revelaba a Canessa, hoy un reconocido cardiólogo infantil, cómo la experiencia en la montaña había influido en su vida, para qué había sobrevivido. "En la Cordillera, a través de la ventana del fuselaje, yo miraba en la Luna la esperanza de vivir. Y esa ventana es hoy la misma que la pantalla del ecógrafo, donde examino el corazón de un niño que está por nacer", cuenta Canessa a LA NACION desde Madrid, donde viajó desde Montevideo a dar una conferencia.
El hecho histórico, para Canessa, ya se había narrado: aquel 13 de octubre de 1972, cuando un ala del Fairchild 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que llevaba 45 hinchas y jugadores del club de rugby Old Christians, golpeó una cumbre de la Cordillera de los Andes, y el avión se partió y cayó sobre la nieve. Los vivos, los muertos, los heridos. Pasar dos horas haciendo agua, gota por gota, para llevársela a un amigo que estaba peor. Escuchar en la radio que la búsqueda se había suspendido. El alud. Entender que los prótidos, glúcidos y lípidos de los músculos de sus amigos muertos eran un combustible útil para ganar tiempo de vida. Tomar la decisión, con 19 años, de emprender junto con Fernando Parrado la caminata hacia el Oeste, sin vuelta atrás. Diez días de travesía, que se sumaban a los 60 en la montaña, hasta encontrar a ese arriero silencioso. Ahora, con este libro, quiso contar qué pasó después.
Nando Parrado, el arriero Sergio Catalán y Roberto Canessa
Nando Parrado, el arriero Sergio Catalán y Roberto Canessa. Foto: El País de Uruguay
- Usted se pregunta cuál es la frontera entre la vida y la muerte. ¿Encontró la respuesta?
No sé cuál es. Por eso le pido al lector que me ayude a encontrarla. Sabiendo que todos nos vamos a morir, ¿a qué distancia estamos? ¿Podemos postergar la muerte? ¿Es el hombre capaz? ¿O es solo el destino? Yo creo que lo podemos cambiar. Sin soberbia, creo que lo hemos cambiado ya algunas veces. La vida es un cúmulo de decisiones. No creo que exista la suerte, sino las oportunidades.
- ¿Qué lo empujó a la cardiología infantil?
Mi padre era profesor de cardiología. Yo estaba haciendo las primeras armas en medicina, y justo con él empezó a trabajar un médico que hacía cardiología infantil. Me pareció interesante ,porque eran corazones cero kilómetro que venían mal armados de fábrica. Le acomodabas eso y salía un chorro de vida para siempre. No era como la cardiología adulta que son corazones maltratados con arterias que hay que tratar de recauchutar. Ese tuneado que se le hace con toda una vida por delante, con una vida que va a perdurar más que la mía, me pareció un desafío poderoso.
- ¿Y por qué se inclina por las cardiopatías congénitas de los que aún no nacieron?
Por los que no pueden vivir. Por los que no van a poder nacer. Por los que en esa radio, diez días después de los Andes, escuché decir "se ha suspendido la búsqueda, no hay sobrevivientes de aviones en la Cordillera de los Andes". Ese mensaje es el mismo desafío de esos niños que les han dicho que no pueden vivir, ese consenso social que habla de muy pocas probabilidades. Esas cosas de la sociedad me rebelan. Cuando salimos de los Andes, que nos habían dado por muertos, ni siquiera ahí reconocieron que estábamos vivos. ¡Nos llamaban resucitados! Yo hacía dos meses que me estaba muriendo y me venían a llamar resucitado. Nos salvamos porque éramos un equipo, porque pudimos caminar diez días, porque pudimos encontrar al arriero. Todas esas incongruencias del mundo me parecen muy divertidas. Porque nos hacen repensar las cosas de una manera diferente. Viví la lucha más ancestral del hombre que es contra la naturaleza. ¿Qué trauma? Cuando salí estaba fascinado de la vida. Mi única tristeza era por la familia de los que no habían vuelto.
- ¿Cuál es la principal lección que trajo de la Cordillera?
No esperes a que se te caiga el avión para darte cuenta todo lo que tenías y lo feliz que sos. Y tampoco esperes mucho los helicópteros, porque pueden no venir.
- El título del libro, Tenía que sobrevivir, da pie a diferentes interpretaciones. ¿Por qué lo eligieron?
Yo tenía que sobrevivir porque tenía que decirle a mi madre que no llorara más, que tenía razón. La gente iba a darle el pésame, y ella les decía: "Él está vivo".
Su hijo Hilario tenía 4 años cuando en el jardín de infantes se le acercaron unos compañeros y le dijeron: "¿Sabías que tu padre se comió a los amigos?" Él les respondió: "Sí, vengan que les cuento cómo fue". Para Canessa esta anécdota narrada en el libro muestra esa sabiduría de los niños que en los adultos está contaminada por la sociedad del llano.
Canessa y su esposa Laura, en el jardín de su casa, hace tres años
Canessa y su esposa Laura, en el jardín de su casa, hace tres años. Foto: Gentileza familia Canessa
-¿Siente culpa por aquel episodio?
-Fue de los momentos más tristes de mi vida. Sentís una humillación y una denigración humana importante. No es ni asco, ni culpa. Es humillarse hasta lo más bajo del ser humano. Yo creo que con esa carne, a las cuatro de la tarde, cuando nevaba, con todo congelado, todo frío, cuando parecía que todo estaba en contra, ese pedacito que agarrás y la boca no se quiere abrir, lo único que decís es por qué hay que hacer esto. Y ahí pensé: "Bueno, si quiero volver tengo que alimentarme". Eso después se transformó en algo común, no fue un tema que implicaba un trauma diario. Después ya formó parte de comprar el tiempo para seguir adelante. Es importante relatar esas cosas para que la gente se dé cuenta qué te pasa cuando tenés todas en contra.
- ¿Se siente cómodo con la naturaleza?
Sí, a veces las noches de invierno, me gusta salir a mirar las estrellas y sentir el frío, sentir que estás vivo. Yo hace mucho tiempo miraba esas mismas estrellas y pensaba que no iba a vivir.
- En el libro también habla de la fuerza que cada uno tiene para empujar nuestros límites...
-Sí, y saber que cada paso es un paso. Estás más cerca, no sabés dónde está la meta, pero el compromiso es ese. El morir caminando. Yo creo que vivir la vida es un poco eso de que te agarre caminando y no te agarre vencido, sin entregarte.
La actriz Miriam Díaz Aroca y el rapero Chojin junto a las 'mujeres de Sol' en la concentración de este domingo. PÚBLICO

sábado, 25 de febrero de 2017

Qué aportó el ADN neandertal a los genes humanos

    El cruce entre neandertales y humanos modernos sigue reflejándose en la actualidad en la expresión de nuestros genes. Un nuevo estudio confirma que las secuencias de ADN neandertal aún influyen en la activación o desactivación de los genes de humanos modernos. Los científicos señalan en particular un gen neandertal que contribuye a reducir el riesgo de esquizofrenia, pero que influye en la altura de las personas.

    <p>El último neandertal vivió hace 40.000, pero gran parte de su genoma perdura a través de los humanos modernos. / Fotolia</p>
    El último neandertal vivió hace 40.000, pero gran parte de su genoma perdura a través de los humanos modernos. / Fotolia
    El último neandertal vivió hace 40.000, pero gran parte de su genoma perdura a través de los humanos modernos. Hasta ahora los científicos desconocían el impacto que ha tenido la contribución génica de los neandertales en los humanos modernos. Un nuevo estudio, publicado en la revista Cell, demuestra que las secuencias de ADN neandertal todavía influyen en cómo se activan o desactivan los genes en los humanos modernos.
    Según los científicos, liderados por la escuela de Medicina de la Universidad de Washington (EE UU), los efectos de los genes de los neandertales sobre la expresión génica probablemente contribuyen a rasgos como la altura y la susceptibilidad a la esquizofrenia o al lupus.
    “Incluso 50.000 años después del último cruce entre humanos y neandertales, podemos ver impactos medibles en la expresión de los genes. Esos cambios contribuyen a la variación fenotípica de los humanos y la susceptibilidad a las enfermedades”, dice Joshua Akey, genetista en la Escuela de Medicina de la universidad estadounidense y coautor del trabajo.
    "Incluso 50.000 años después del último cruce entre humanos y neandertales, podemos ver impactos medibles en la expresión de los genes"
    Estudios anteriores habían hallado correlaciones entre los genes neandertales y rasgos como el metabolismo de la grasa, la depresión y el riesgo de sufrir lupus. Pero como de los fósiles neandertales solo se puede extraer el ADN y no el ARN (ácido ribonucleico), hasta ahora los científicos no han podido saber exactamente de qué manera influyen los genes neandertales. Lo que sí han podido hacer es analizar la expresión génica de los humanos modernos que poseen ancestros neandertales.
    Influencia sobre la altura y la esquizofrenia
    En este estudio, los investigadores analizaron secuencias de ARN en bases de datos del proyecto llamado Genotyope-Tissue Expression, en busca de personas que llevaran versiones de cualquier tipo de gen neandertal y humano moderno (una versión de cada padre). A continuación, compararon la expresión de los alelos –formas alternativas que puede tener un mismo gen– en 52 tejidos diferentes.
    “Encontramos que en el 25% de todos los tejidos que analizamos, pudimos identificar diferencias en la expresión entre el alelo neandertal y en el del humano moderno”, señala Rajiv McCoy, otro de los autores e investigador en la misma universidad.
    La expresión de los alelos neandertales tendió a ser especialmente baja en el cerebro y en los testículos, lo que sugiere que estos tejidos pudieron experimentar una evolución más rápida desde que los humanos modernos divergieron de los neandertales hace 700.000 años. “Podemos deducir que las mayores diferencias en la regulación génica entre humanos modernos y neandertales se encuentra en el cerebro y los testículos”, subraya Akey.
    El estudio revela por otra parte el hallazgo de un alelo neandertal de un gen llamado ADMTSL3 que disminuye el riesgo de esquizofrenia, pero que influye en la altura. “Nuestros resultados demuestran que la mutación causal fue heredada de los neandertales”, declara McCoy.
    Sin embargo, la conexión entre la proteína modificada, la altura y la esquizofrenia aún requiere más investigación, pero según los científicos es un ejemplo de cómo pequeñas alteraciones entre humanos modernos y neandertales pueden contribuir a la diferencia entre las personas.
    Referencia bibliográfica:
    McCoy et al.: "Impacts of Neanderthal-introgressed sequences on the landscape of human gene expression" Cell 23 de febrero de 2017

    ASI ES EUROPA Y LOS CULIBLANCOS

    viernes, 24 de febrero de 2017

    Crujirse los dedos de las manos, una sana costumbre: niegan que cause artritis

    Los últimos estudios médicos afirman que  no aumenta la inflamación de las articulaciones.
    Crujirse los dedos de las manos, una sana costumbre: niegan que cause artritis
    Crack, crack, crack. Presionar los nudillos, un juego de muchos. Foto: Adrasti
    las más leídas
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    Para algunos, apretarse las articulaciones de las falanges de los dedos de las manos y los nudillos a la espera de un ¡crack, crack, crack! resulta liberador, es un juego que los acompaña día a día. Para otros, sentir esos sonidos resulta simplemente escalofriante. Y entre los médicos también la opinión está dividida. Antes coincidían en que hacía mal. Pero ahora, varios afirman que esto no es tan así.
    Justo un año atrás, varios fisioterapeutas de España lanzaron una campaña advirtiendo sobre los riesgos de crujirse las articulaciones. Pero ahora la cosa cambio. “Desde un punto de vista médico no es ni bueno ni malo. Por ahora no hay ningún indicio de que crujirse los dedos sea dañino, y hay varios estudios que hablan al respecto”, explica Ignasi Cebrecos, fisioterapeuta y osteópata.
    “Años atrás se creía que crujirse los dedos era un factor de riesgo para acabar sufriendo una degeneración prematura de las articulaciones de la mano”, sigue, “pero ya en la década de los 90 apareció algún estudio que descartaba esta relación”.
    En concreto, un análisis del servicio de Medicina Interna del hospital Mount Carmel Mercy de Detroit concluyó que “no hubo mayor preponderancia de artritis de la mano en ninguno de los grupos” estudiados (300 participantes menores de 45 años) acostumbrados a crujirse los dedos.
    “Los últimos estudios afirman que no aumenta la inflamación de las articulaciones cuando se crujen, ni siquiera varía la capacidad de contracción de éstas. En todo caso se evidencia un aumento del rango de movimiento de las articulaciones después de crujir y un incremento del espesor del cartílago que rodea estas articulaciones en aquellas personas que tienen la costumbre de hacerlo de forma regular”, sostiene Cebrecos.
    Pero, ¿qué estamos haciendo cada vez que nos apretamos los nudillos? Al presionar las articulaciones “disminuimos de forma repentina la presión del interior de la cápsula articular que contiene el líquido sinovial, lo que provoca que los gases disueltos en este líquido se liberen en la cavidad de la articulación provocando este sonido audible tan característico”, dice el especialista.
    Todas las articulaciones están rodeadas por una cápsula sinovial con un líquido y cierta cantidad de gases (oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono), cuya función principal es lubricar las articulaciones para que los huesos no se desgasten, explican los fisioterapeutas. Al comprimirlas liberamos estos gases, que luego se recuperan. “Una vez liberado el gas, hay un período de latencia de unos minutos donde la composición del líquido vuelve a la normalidad y se puede volver a provocar el ruido”, cuenta.
    Para Ignasi Cebrecos el argumento definitivo de que crujirse los nudillos no es más que un vicio inocuo lo personifica Donald Unger. Este médico californiano obtuvo en 2009 el premio Ig Nobel (un reconocimiento a los que estimulan el interés de todos por la ciencia, la medicina, y la tecnología) tras pasar 60 años haciendo sonar los nudillos a diario. Durante seis décadas comprimió, por lo menos dos veces al día, las articulaciones de la mano izquierda para ver si, con el paso del tiempo, la salud de esa mano sufría. Y nada. Ambas extremidades funcionan por igual y sin síntomas de artritis ni de otras dolencias articulares

    jueves, 23 de febrero de 2017

    ES EL AZAR,IMBECILES

    Por fin conocemos la razón por la que somos zurdos o diestros

    Investigadores alemanes han encontrado la causa por la que nacemos prefiriendo usar una parte del cuerpo o la contraria y no está en el cerebro.


    Entre un 10% y un 15% de la población (las cifras oscilan dependiendo de la estadística que consultemos) es zurda. Su existencia no está determinada por la raza, ni el sexo ni su lugar geográfico: quizá usted lo sea, o su padre o su compañero de mesa. El halo de misterio que envuelve a los que escriben con la mano izquierda les ha relacionado con la pintura, la música y la introversión, mitos que la ciencia se ha ido encargando de borrar a su paso. La explicación de por qué algunas personas muestran destreza con una mano (o un pie) y el resto con la contraria, o con ambas, hasta ahora se antojaba un enigma. Aunque se relacionó durante mucho tiempo con el resultado de la actividad que registraba el hemisferio derecho o izquierdo del cerebro durante el desarrollo del feto, un nuevo estudio ha desechado esta causa y ha resuelto el misterio.
    Los investigadores de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania) señalan en un artículo publicado en la revista eLife que, aunque esta habilidad sí se desarrolla en el vientre materno, su causante no es el cerebro, sino la médula espinal. Los científicos detectaron que a las ocho semanas de gestación ya existen marcadas diferencias genéticas entre zurdos y diestros. La expresión de ciertos genes de la médula espinal, encargados de controlar el movimiento de las piernas y los brazos es distinta para cada uno de estos grupos.
    Desde la década de los 80 se conoce que “la preferencia por utilizar una u otra mano se desarrolla en el útero ya en de la octava semana de embarazo. A partir de la decimotercera, ya eligen chupar el pulgar derecho o izquierdo”, cuentan los investigadores. Los movimientos de las extremidades de los niños están controlados por la médula espinal, que ordena un movimiento con las instrucciones de la corteza cerebral: sin embargo, y aquí viene el hallazgo, estas dos partes del cuerpo no están comunicadas en fases tan tempranas de la gestación, por lo que los investigadores concluyen que ser zurdo o diestro lo determina directamente la médula espinal.

    ¿Por qué somos diferentes?

    Pero esto sigue sin explicar por qué unos usamos un lado de nuestro cuerpo y otros el contrario: rastreando la causa de esta asimetría, los expertos han hallado que la preferencia por usar la mano izquierda o la derecha no viene escrita desde el principio en el ADN, sino que depende de factores ambientales (aún por determinar) producidos durante el embarazo. Es decir, influye la epigenética: el ADN es una cadena de genes en la que algunos se expresan y otros no, dependiendo, en muchos casos, de estímulos externos. La explicación de la lateralidad, según los expertos, estaría en cómo "estas influencias ambientales afectan de distinto modo a la izquierda o la derecha de la médula espinal".
    Comparación de resultados según el sexo del médico | 07 FEB 17

    ¿Hay diferencias en la atención médica entre profesionales mujeres y varones?

    Los pacientes atendidos por médicos del sexo femenino tendrían menores tasas de mortalidad hospitalaria y reinternación a los 30 días
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    Autor: Yusuke Tsugawa, Anupam B. Jena, Jose F. Figueroa, John Orav y colaboradores JAMA Intern Med Diciembre 2016.787
    INDICE:  1. Página 1 | 2. Referencias bibliográficas
    Página 1

    Introducción
    Hay evidencia de que los hombres y las  mujeres pueden practicar una medicina diferente. La literatura ha demostrado que las médicas pueden ser más propensos a seguir las guías clínicas, proporcionar cuidados preventivos más a menudo, comunicarse más con los pacientes, realizar bien o mejor los exámenes estandarizados y brindar más asesoramiento psicosocial a sus pacientes que los hombres. Aunque los estudios indican diferencias en los patrones de práctica y en el proceso de medidas de calidad entre hombres y mujeres médicos, esos estudios no examinaron los resultados de los pacientes, lo que sin duda es lo que más importa. De hecho, en gran parte se desconoce si los resultados de los pacientes varían según el sexo del médico tratante.
    Las mujeres médicas ahora representan casi un tercio de la mano de obra médica de EE. UU. y comprenden la mitad de los estudiantes de medicina. A pesar de que las profesionales mujeres pueden proporcionar cuidados de mayor calidad, algunos han argumentado que las interrupciones de la carrera debido a la crianza de los hijos; las mayores tasas de empleo a tiempo parcial y la mayor responsabilidad de atender las tareas domésticas y laborales pueden comprometer la calidad de la atención prestada, pueden comprometer la calidad de la atención provista por los profesionales del sexo femenino y justifican los salarios más elevados entre los médicos varones. Por lo tanto, se desconoce la evidencia empírica sobre si los resultados de los pacientes difieren si son atendidos por hombres o mujeres médicos.

    ► Objetivo
    Determinar si las tasas de mortalidad y reinternación a los 30 días difieren entre los pacientes tratados por médicos de sexo masculino o femenino.
    ► Diseño, ajuste Y participantes
    Se analizó una muestra aleatorizada del 20% de los beneficiarios de Medicare de ≥65 años hospitalizados tratados por internistas generales desde el 1 de enero de 2011 hasta el 31 de diciembre de 2014. Se examinó la asociación entre el sexo de los médicos y las tasas de mortalidad y de reinternación a los 30 días, ajustada por las características del paciente y del médico y los efectos fijados en el hospital (comparando la eficacia de los médicos varones y mujeres dentro del mismo hospital).
    Como un análisis de sensibilidad, se examinó solo a los médicos dedicados a la atención hospitalaria, a quienes los pacientes se les asignan casi al azar, dependiendo de sus horarios laborales. También se investigó si las diferencias en los resultados de los pacientes variaban según la gravedad de la enfermedad subyacente.
    ► Resultados y medidas principales
    Se calcularon las tasas de mortalidad hospitalaria y de reinternación a los 30 días, de los pacientes de Madicare.
    ⇒ Resultados
    Se utilizó un total de 1.583.028 hospitalizaciones para analizar la mortalidad a los 30 días (edad media del paciente [SD], 80,2 [8,5] años, 621.412 hombres y 961.616 mujeres); 1.540.797 fueron utilizados para el análisis de las reinternaciones (edad media del paciente [SD], 80,1 [8,5] años, 602.115 hombres y 938.682 mujeres).
    Los pacientes tratados por médicas mujeres mostraron menor mortalidad a los 30 días (mortalidad ajustada, 11,07% vs. 11,49%, diferencia de riesgo ajustada, -0,43%); número necesario para tratar o prevenir 1 muerte, 233) y menos reinternaciones a los 30 días (reinternaciones ajustadas, 15,02% vs. 15,57%, diferencia de riesgo ajustada, -0,55%; número necesario para tratar o prevenir 1 reinternación, 182) que los pacientes atendidos por los médicos varones, después de considerar los posibles factores de confusión. Los autores sostienen que sus hallazgos no se vieron afectados por restringir los análisis a los pacientes tratados por internistas. Las diferencias persistieron cuando se tuvieron en cuenta 8 condiciones médicas comunes y la gravedad de la enfermedad de los pacientes.
    En este contexto, utilizando una muestra nacional de beneficiarios de Medicare con afecciones médicas hospitalizados, los autores trataron de responder 3 preguntas clave.
    Primero, ¿hay diferencias importantes en los resultados clínicos de los pacientes hospitalizados atendidos por mujeres internistas comparados con los tratados por internistas masculinos?
    Segundo, ¿influye el sexo del médico en los resultados de los pacientes en las diferentes patologías que han motivado la hospitalización?
    Por último, ¿varían estas diferencias en los resultados con la gravedad de la enfermedad que sufre el paciente?
    ► Comentarios
    Los autores hallaron que los pacientes ancianos que reciben atención de internistas mujeres tuvieron tasas de mortalidad y reinternación a los 30 días más bajas comparadas con los pacientes atendidos por internistas de sexo masculino.
    Esta asociación estuvo relacionada con una variedad de condiciones y la gravedad de la enfermedad subyacente. Considerando la evidencia previa en su conjunto, la que sugiere que los médicos hombres y mujeres pueden practicar la medicina de manera diferente, los autores sostienen que las diferencias potenciales halladas en los patrones de práctica entre hombres y mujeres médicos pueden tener implicancias clínicas importantes.
    Las mujeres internistas parecen tener mejores  resultados en la atención hospitalaria que sus pares masculinos
    “Nuestros resultados”, dicen, “acerca de que las mujeres internistas parecen tener mejores  resultados en la atención hospitalaria que sus pares masculinos coinciden con los resultados de estudios previos sobre mediciones del proceso de calidad.” En atención primaria hay evidencia que sugiere que, comparado con los médicos varones, las mujeres tienen más probabilidades de practicar una medicina basada en la evidencia, actuar mejor en los exámenes estandarizados y practicar una medicina centrada en el paciente. Los pacientes de atención primaria atendidos por mujeres médicas también hacen menos visitas al departamento de emergencias comparado con los pacientes atendidos en atención primaria por médicos varones. Los datos provenientes de otros medios laborales sugieren que los hombres pueden ser menos planificados en su enfoque para resolver problemas complejos.
    Si estos hallazgos también se aplican a cómo los médicos de sexo masculino y femenino abordan los problemas y las decisiones clínicas, estos patrones de comportamiento pueden proporcionar un mecanismo plausible que enlace el sexo del médico con los resultados del paciente. Aunque la diferencia en la mortalidad de los pacientes atendidos por médicos de diferente sexo fue modesta, la diferencia de 0,43 en el porcentaje del tamaño del efecto observada o la reducción del riesgo relativo del 4% de la mortalidad posiblemente sean una diferencia clínicamente significativa.en este contexto ha habido un reconocimiento generalizado de que los resultados de los pacientes han mejorado ostensiblemente durante la década pasada.
    La mortalidad global de los beneficiarios de Medicare disminuyó de 5,0% en 2003 a 4,5% en 2013. Esta reducción de la mortalidad es el resultado de las nuevas inversiones nacionales, los tratamientos nuevos y el mejoramiento de la calidad, lo que permite tratar mejor a los pacientes. La diferencia en la tasa de mortalidad entre los pacientes de este estudio atendidos por médicos de diferente sexo fue de una magnitud comparable.
    Por otra parte, dado que anualmente en EE. UU. hay más de 10 millones de hospitalizaciones de Medicare por condiciones médicas y asumiendo que la asociación entre el sexo del médico tratante y la mortalidad es causal, los autores estiman que aproximadamente podrían morir 32.000 pacientes menos si los médicos varones pudieran alcanzar anualmente los mismos resultados que las médicas. El efecto sería aún mayor si la asociación entre el sexo del médico y los resultados del paciente también se mantiene para las poblaciones que no pertenecen de Medicare.
    “Una cuestión importante al interpretar nuestras conclusiones”, dicen los autores, “es si las mismas pueden ser explicadas por la gravedad no medida de la enfermedad de los pacientes tratados por médicos hombres vs. pacientes tratados por profesionales del sexo femenino.” El contexto hospitalario, comparado con el ambulatorio, tiene la ventaja de que permite estudiar los resultados de los pacientes tratados por médicos de diferente sexo, dado  que hay menos selección del médico de parte del paciente o del paciente de parte del médico. Aunque algunos pacientes eligen a su médico de atención primaria, y el sexo del médico puede ser un factor que influya en su decisión, los pacientes internados por una urgencia o emergencia son tienen menos posibilidad de elegir a su médico.
    Los autores hallaron que casi todas las características observables típicamente asociadas a la gravedad de la enfermedad estaban bien balanceadas entre los médicos de sexo femenino y masculino. Incluso para los médicos internistas, para quienes es más probable que los pacientes sean asignados al azar, los autores comprobaron que las características del paciente estaban equilibradas entre los médicos de ambos sexos y que los pacientes atendidos por profesionales del sexo femenino siguieron teniendo menor mortalidad y tasas de reinternación.
    Los autores expresan que son conscientes de que solo 1 estudio examinó la asociación entre el sexo de los médicos y la mortalidad de los pacientes. Jerant y col. analizaron una pequeña cohorte de pacientes ambulatorios relativamente sanos (quienes en general, son más saludables que los pacientes hospitalizados) y no hallaron asociación entre los resultados y el sexo de los médicos pero varios análisis que investigan las diferencias en los procesos de atención entre médicos masculinos y femeninos han dado resultados que se alinean con los hallazgos del presente estudio. Por ejemplo, Kim y col. y Berthold y col. hallaron que las mujeres médicas superan a los médicos varones en el proceso de mediciones para los pacientes con diabetes.
    ► Limitaciones
    Los autores expresan que, primero, como en cualquier estudio de observación, no podrían tener completamente en cuenta las diferencias no medidas en el riesgo de muerte y reinternaciones entre los pacientes tratados por médicos de diferente sexo. Aunque ellos abordaron este tema de varias maneras, incluyendo el uso de un diseño experimental natural aprovechando la asignación casi al azar de los pacientes a los médicos internistas, aún es posible que la confusión no medida (por ej, las diferencias residuales en el estado socioeconómico de los pacientes que no se explican por su raza/etnia, elegibilidad de Medicaid y nivel de ingreso familiar) puede explicar las diferencias observadas en los resultados de los pacientes. Sin embargo, la confusión residual tendría que ser de una magnitud muy importante para explicar las diferencias halladas.
    En segundo lugar, los autores no pudieron identificar por qué las médicas tienen mejores resultados que los hombres médicos. Dado que el sexo del médico por sí mismo no determina los resultados en los pacientes, el sexo debe servir como un marcador de diferencias en los patrones de práctica entre los médicos de sexo masculino y femenino que afectan significativamente los resultados del paciente. Sería útil promover estudios que usan datos clínicos para comprender cuál de los patrones de práctica de los médicos están marcando las diferencias en los resultados de los pacientes.
    En tercer lugar, para identificar el sexo de los médicos se utilizaron datos autoinformados, lo que obliga a los encuestados a categorizarse como varón o mujer; por lo tanto, no se pudo captar a los encuestados transgénero. Es posible que los médicos transexuales optaran por no contestar esta pregunta o seleccionar una de las 2 categorías disponibles, que puede conducir a un bajo grado de clasificación errónea. Cualquier clasificación errónea en el sexo auto reportado generaría un sesgo en las estimaciones hacia la nulidad. Por último, el análisis se limitó a los pacientes de Medicare hospitalizados con afecciones médicas, atendidos por Internistas. Por lo tanto, los resultados no pueden ser generalizables a pacientes con condiciones quirúrgicas, o tratados por médicos de otras especialidades o en atención ambulatoria.

    ► Conclusiones
    Usando una muestra nacional de beneficiarios de Medicare hospitalizados, los autores hallaron que los pacientes que recibían atención por médicos internistas del sexo femenino tienen menores tasas de mortalidad y reinternación a los 30 días que los pacientes atendidos por internistas varones. Estos hallazgos sugieren que las diferencias en los patrones de práctica entre hombres y mujeres médicos, como se sugiere en estudios anteriores, pueden tener implicancias clínicas importantes en los resultados de los pacientes. Entender exactamente el por qué de estas diferencias en la calidad de la atención y los patrones de práctica puede proporcionar información valiosa para mejorar la calidad de la atención de todos los pacientes, independientemente de quién proporciona su cuidado.
    Resumen y comentario objetivo: Dra. Marta Papponetti