.La experta lo afirmó al llegar a la Argentina, país al que consideró "referente" en legislación sobre derechos sexuales y en materia de capacitación de docentes de educación sexual.

Experta cubana destacó la educación sexual argentina como reto de la revolución

"Argentina ha hecho un avance legislativo incomparable y tiene una formación docente en materia de educación sexual que nos encanta, por eso hemos iniciado un camino de intercambio hace varios años que seguimos profundizando", dijo Castro durante una entrevista con Télam, al ser recibida hoy por el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni.

La doctora en Ciencias e impulsora de políticas intersectoriales desde el Cenesex se refirió de esta forma al encuentro que organiza la cartera educativa entre hoy y el viernes, en el marco del Intercambio sobre Buenas Prácticas en Educación Sexual Integral (ESI) impulsado por el Proyecto del Fondo Argentino de Cooperación Sur Sur y Triangular (FO.AR).

"Queremos aportar nuestra experiencia en torno a la educación sexual integral, que también está vinculada con la lucha contra las desigualdades y aprender de países como Argentina, que para nosotros ha logrado un avance incomparable en el campo legislativo y por eso es un referente importante", dijo la hija del presidente de Cuba.

La experta elogió la capacitación docente y los materiales de educación sexual que se usan en jardines de infantes, escuelas primarias y secundarias y establecimientos de nivel superior de Argentina, y dio un panorama del proceso vivido en su país a partir de la revolución que se inició en 1959.

"Argentina ha hecho un avance legislativo incomparable y tiene una formación docente en materia de educación sexual que nos encanta"
"La revolución cubana heredó una sociedad patriarcal, y por ende homofóbica y racista, basada en un paradigma de dominación en todos los sentidos", sostuvo Castro, quien admitió que su país debió pasar por experiencias dolorosas como la de la epidemia de VIH "de la que no se sabía nada".

Según contó, cuando apareció la epidemia habilitaron "los sanatorios cerrados. Esa decisión fue dolorosa porque las personas sufrían", explicó, pero estimó que aprendieron de la experiencia y hoy, habiendo alcanzado un lugar destacado en la prevención de la enfermedad, rescató "haber involucrado a organismos estatales y organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y a la escuela en la campaña contra el VIH".

En la actualidad, desde el Cenesex se trabaja en forma articulada con el Ministerio de Salud, el de Turismo y el de Cultura.

"Los mismos aprendizajes del proceso revolucionario fueron llevando a que empezáramos a articular con más fuerza después del año 2000 la lucha contra la homofobia y la transfobia", afirmó Castro.

A partir de esos años "fuimos encontrando un discurso, un lenguaje, una manera de comunicar para que fuese parte de la política de Educación Integral de la Sexualidad pero también de la lucha contra las desigualdades", continuó, y destacó que ese trabajo se hizo enfrentando "grandes obstáculos que ningún otro país ha vivido, como fue el bloqueo económico, financiero, y comercial de los Estados Unidos".

A ellos sumó "una campaña en los medios de comunicación de desacreditación y aislamiento de la sociedad cubana, y especialmente a su revolución", y consideró que "hay que ser casi magos para poder avanzar en ese contexto".

"Sin embargo no hemos sido magos. Hemos ido creando una sociedad en revolución identificando contradicciones y debilidades", agregó.

"Podríamos decir que es un poco tarde. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. Estamos trabajando, observando y aprendiendo de las experiencias de otros países, como por ejemplo de Argentina, que su avance en el campo legislativo es realmente incomparable, y para nosotros un referente importante", acotó.

Seguimos identificando nuevas realidades, como las nuevas masculinidades, sobre las que estamos investigando, con respeto a la diversidad sexual.

"Identificamos entre esas nuevas realidades la dificultad para adquirir conciencia de riesgo del erotismo que asume parte de adolescentes y jóvenes", sostuvo Castro, al reconocer que "el ser humano quiere tener su propia experiencia en los aprendizajes de la vida".

No obstante, rechazó que eso signifique "cruzarnos de brazos. Hay que seguir trabajando. Hemos visto que el diálogo permanente con esas etapas de la vida es fundamental".